Tras el reciente problema entre Ecuador y México es importante resaltar algunos datos y reflexiones sobre la relación económica entre ambos países que no se limita al ámbito solo comercial sino al campo de las inversiones, al turismo y al educativo, entre muchos otros. Más allá del conflicto que se espera sea ventilado en la órbita diplomática, tanto México como Ecuador se han beneficiado a lo largo de los años de una intensa y fructífera relación que además descansa en culturas similares y de mutuo respeto. Han sido pueblos hermanos descendientes de culturas indígenas con ancestros ricos en costumbres, dignos pueblos acostumbrados al esfuerzo y al trabajo.
En el lado netamente comercial y en una lectura de los últimos 5 años, la balanza comercial ha sido deficitaria para Ecuador registrando al cierre del año pasado un déficit de USD 500 millones. El Ecuador el 2023 exportó USD 203 millones mientras que las importaciones ascendieron a USD 703 millones. Los 4 años previos, es decir, el 2019, 2020, 2021 y 2022, el desbalance mostró valores de USD 600.4 millones, USD 475,5 millones, USD 518 millones y USD 566 millones, respectivamente. El Ecuador le vende a México cacao, minerales, pescado, confitería, neumáticos, aceite de palma, tableros de madera, plásticos y frutas, entre otros productos. Por otra parte, Ecuador importa de México medicamentos, vehículos, monitores y proyectores, tractores, preparaciones capilares, máquinas procesadoras de datos, tubos, teléfonos, extractos de malta, etc. Este comercio implica actividad económica, empleo, pago de impuestos, etc.
Estas cifras, sin embargo, no deben ser vistas de manera aislada y no necesariamente quiere decir un perjuicio para nuestro país que se exporte menos de lo que se importa. La película completa debe ser analizada, por ejemplo, en el comportamiento de las inversiones mexicanas en Ecuador y aquellas ecuatorianas en México. Sin conocerse valores exactos, solo en los últimos años las inversiones de México en Ecuador a través de la compra de empresas y la instalación de otras llega a no menos de USD 3.000 millones, monto sustantivamente mayor al de inversiones ecuatorianas en ese país. La presencia de inversión extranjera en el país significa adicionalmente la generación de empleo, pago de impuestos, produce encadenamientos con otros sectores productivos y otros beneficios, algunos de los cuales no se han cuantificado. Por lo tanto, la relación económica entre ambos países es importante y de mutuo beneficio que deberá fortalecerse y crecer. Esta utilidad de la relación económica bilateral se evidenció en la búsqueda de un acuerdo de comercio que fue suspendido pero que en el futuro deberá ser retomado.
No obstante, no solo las inversiones y el comercio son los campos de interacción entre ambos países, pues México sigue siendo un destino turístico importante de los ecuatorianos así como Ecuador también es un lugar apetecido para el turismo de los mexicanos. En el sector educativo también existe una relación importante, pues muchos ecuatorianos han sido beneficiados de realizar sus estudios universitarios de educación superior y de posgrados en México, país reconocido por su buen nivel en áreas como la medicina, campo del conocimiento donde se han formado muchos eminentes médicos ecuatorianos.
Lo anotado refleja la necesidad de mantener sin afectación al campo privado por el problema diplomático presentado, pues derivar esta situación y comprometer la actividad empresarial y ciudadana de ambos países solo produciría efectos nocivos para ambas economías y sociedades sin beneficio alguno para nadie.
No se trata de desconocer la validez de los acuerdos internacionales suscritos sino de permitir que la actividad privada continúe por una senda de estabilidad. Que las discrepancias diplomáticas se ventilen en ese sector sin contrariar la producción y el empleo de mexicanos y ecuatorianos.
México tiene sus propios problemas, muchos derivados de la presencia del narcotráfico así como el Ecuador tienes sus propios desafíos en la economía y en la inseguridad. Bastante esfuerzo y recursos demandan estos desafíos de cada nación como para agregar más problemas aparte de los vigentes.
Las economías prosperan en un ambiente de estabilidad y paz donde la presencia del comercio exterior y las inversiones desempeñan un rol fundamental. El Ecuador que es una economía que representa apenas el 1.6% del PIB de América Latina, país dolarizado con un amplio nivel de apertura externa, conseguirá crecer más dinámicamente si su presencia en otros mercados crece a lo largo del tiempo. (O)
