“No hay nada más que podamos hacer”, es una frase que debería desaparecer del vocabulario médico, dado que siempre hay una alternativa u opción frente a las dolencias crónicas o enfermedades terminales. Los Cuidados Paliativos son una especialidad enfocada precisamente en controlar el dolor, paliar los síntomas, y proporcionar apoyo y acompañamiento emocional y espiritual a las personas con enfermedades terminales o avanzadas, así como para acompañar a la familia que también experimenta estrés y otras dolencias físicas y psicológicas alrededor de la latente pérdida de un ser querido.
Los Cuidados Paliativos son una forma de manejo holístico para abordar las dolencias y síntomas de las enfermedades graves que amenazan la vida de una persona. Por “holístico”, nos referimos a un manejo integral, que considera todo ámbito posible, que todo está conectado con todo y, toda variable inherente al proceso de cada persona.
Pero ¿Qué son los Cuidados Paliativos? Aparte de ser un modelo de asistencia de salud practicada por médicos especializados en este campo, la medicina paliativa es una filosofía de cuidado que engloba todo tipo de manejo orientado a encontrar el máximo confort posible de los pacientes. Esto significa que, con el fin de mejorar su calidad de vida, como especialistas en Cuidados Paliativos valoramos a la persona de forma integral, tomando en cuenta no solo el sufrimiento a nivel físico, causado por su enfermedad o enfermedades, sino también su sufrimiento a nivel emocional, mental y psicológico. Y jamás nos podemos olvidar que el objetivo no es solo tratar de mejorar la calidad de vida del paciente, sino también, la calidad de vida de su familia.
Los Cuidados Paliativos se basan en las necesidades del paciente, no en su pronóstico de vida y, es por esta razón, que los pacientes de cualquier edad, en cualquier momento o etapa de la enfermedad, pueden beneficiarse de este tipo de abordaje holístico e integral. Inclusive, puede administrarse este manejo en conjunto con un tratamiento que tiene un fin curativo.
Los médicos que hacemos Cuidados Paliativos buscamos que el paciente sea capaz de definir qué es lo que desea, cuáles son sus prioridades, cómo jerarquiza sus deseos.
Ayudamos a encontrar un balance entre los deseos del paciente y lo que es realmente posible, tratando de optimizar su bienestar e identificar qué cosas podemos ofrecerle a lo largo de recorrer la enfermedad que padece.
Por ejemplo, a las personas que reciben Cuidados Paliativos se les prescribirá, de acuerdo a sus síntomas, fármacos tales como morfina u otros opioides para el control del dolor. Conjuntamente con la morfina, se administrarán otros fármacos para el control de las diversas molestias que los pacientes puedan presentar, tales como sensación de ahogo, estreñimiento, mareo, tos, hipo, entre otros. Sin embargo, cuando los síntomas son refractarios, es decir, que no pueden ser controlados de forma adecuada con los tratamientos farmacológicos en las dosis administradas, tras un periodo de tiempo determinado, se debe recurrir a la sedación paliativa.
La sedación paliativa es un procedimiento que muchas veces se confunde con la eutanasia, pero que en realidad busca la disminución deliberada del nivel de conciencia de un paciente, mediante la administración de fármacos en dosis adecuadas, con el objetivo de evitar un sufrimiento insoportable, causado por uno o más síntomas refractarios. Es una práctica ética y lícita, dado que la intención de la misma es aliviar el sufrimiento, previo a una valoración correcta y exhaustiva del paciente y sus síntomas, complementado con el consentimiento informado del paciente y/o de sus familiares. Puede realizarse, bien sea en el ámbito hospitalario o en el domicilio; lo importante es respetar las preferencias del paciente.
La sedación paliativa se realiza cuando el paciente se encuentra en sus últimos días u horas de vida, y al existir el consentimiento del paciente y/o sus familiares, el médico tiene una obligación ética de aplicarla.
Y, dicho todo esto sobre la sedación paliativa, seguramente se preguntarán: ¿Cuál es la diferencia con la eutanasia? La diferencia es nítida y viene determinada por la intención, el procedimiento y el resultado. La sedación paliativa, cuando está indicada, es un derecho del paciente y un deber del médico. La sedación paliativa no acelera la muerte, solo controla el sufrimiento del paciente. Lo único que va a provocar la muerte es la evolución de la enfermedad, más no la sedación paliativa.
Por otro lado, la eutanasia activa voluntaria o simplemente eutanasia, es aquella práctica en la que el médico administra una medicación letal, habitualmente intravenosa, tras la solicitud directa del paciente. Es decir que, la intención es acabar con la vida de una persona. El procedimiento es administrar una inyección letal al enfermo y, el resultado, es la muerte inmediata de la persona. Cabe recalcar que esta práctica es ilegal en nuestro país, así como en la gran mayoría de países del mundo.
En resumen, los Cuidados Paliativos proporcionan alivio del dolor y de otros síntomas, siendo relevante considerar que la promesa de alivio total es utópica y que, lo efectivamente posible, es disminuir el grado de intensidad del dolor. En este contexto, no funciona la ley del “todo o nada”.
Los Cuidados Paliativos reafirman la vida y consideran la muerte como un proceso natural. Los Cuidados Paliativos no intentan acelerar ni retrasar la muerte. Los Cuidados Paliativos integran aspectos espirituales y psicológicos y, ayudan a la familia a adaptarse durante la enfermedad y el duelo. La familia participa de las reuniones y es así como, de tener un rol pasivo, pasan de ser observadores, a ser parte del equipo de cuidados. Los Cuidados Paliativos son aplicables de forma precoz en la enfermedad y, estos cuidados proactivos, mejoran la calidad de vida e influyen en el curso de la enfermedad. (O)
