De empleados obedientes a intraemprendedores audaces
Vivimos en una cultura que respira emprendimiento, aunque muchas veces por necesidad más que por oportunidad. La falta de empleo ha llevado a miles de personas a emprender como salida, no como sueño.

Durante décadas, las empresas han operado bajo una lógica de control: horarios rígidos, estructuras jerárquicas y líderes omnipresentes que dictan el qué, el cómo y el cuándo. Pero esa lógica está quebrándose, sobre todo a partir de nuevas normas que aparecieron en el mundo con la pandemia. Se quiebra no porque sea ideológicamente incorrecta, sino porque ya no funciona. El talento de hoy no se moviliza con reglas; sino con propósito, libertad y desafío.

En este nuevo escenario emerge con fuerza una figura transformadora: el intraemprendedor. Se trata de aquel colaborador que, desde dentro de la organización, actúa como si el negocio fuera suyo: propone, crea, mejora, asume riesgos, lidera iniciativas. No espera instrucciones, genera valor. El intraemprendimiento es, en esencia, emprender sin renunciar al empleo. Y en un mundo que exige adaptabilidad constante, es uno de los activos más valiosos que una empresa puede cultivar.

Esto es algo que buscan, especialmente las generaciones más jóvenes. Por ejemplo, la Generación Z, es decir quienes nacieron entre 1997 y 2012. En 2025, representan el 30% de la fuerza laboral en el mundo y en Ecuador se estima un porcentaje similar. Y no podrían ser más distintos a sus predecesores. Un estudio de Adecco, importante firma global de servicios de recursos humanos, reveló que el 73% de los jóvenes de esta generación prefiere trabajar en empresas con fuerte compromiso social y ambiental, y que el 65% rechaza entornos laborales que exijan presencialidad absoluta o que limiten su tiempo libre.

Es decir: quieren autonomía, no control. Buscan trabajar en espacios que les permitan ser ellos mismos, desplegar su creatividad, tomar decisiones y sentir que su trabajo tiene un sentido más allá del sueldo a fin de mes.  Naturalmente, cada vez habrán más empleados en las empresas que vivan bajos estos valores.

En Ecuador, ese deseo de libertad y acción no es nuevo. De hecho, según el Global Entrepreneurship Monitor, 1 de cada 3 ecuatorianos en edad productiva es emprendedor o aspira a serlo. Vivimos en una cultura que respira emprendimiento, aunque muchas veces por necesidad más que por oportunidad. La falta de empleo ha llevado a miles de personas a emprender como salida, no como sueño.

Pero ese mismo espíritu puede (y debe) ser canalizado hacia dentro de las empresas. Porque ahí está el gran punto ciego del ecosistema empresarial ecuatoriano: tenemos la actitud, pero no siempre las estructuras ni los liderazgos para cultivarla.

El intraemprendimiento no se impone. Se inspira. Y para eso se necesita un tipo de liderazgo distinto al tradicional: el liderazgo auténtico.

Estudios recientes en España demuestran que este estilo de liderazgo basado en la transparencia, coherencia, autoconciencia y apoyo genuino fomenta el comportamiento intraemprendedor cuando logra dotar de sentido al trabajo y cultivar la creatividad. Es decir, cuando el líder suelta el timón y permite que otros naveguen.

En paralelo, investigaciones en América Latina revelan que factores como la autonomía en el trabajo, el apoyo de la dirección y el reconocimiento son determinantes para activar el intraemprendimiento en los colaboradores.

Entonces, ¿Qué puede hacer un líder hoy para cultivar intraemprendedores?

  1. Dejar de controlar y empezar a confiar: reemplazar la supervisión constante por la definición clara de desafíos y resultados.
  2. Ofrecer espacios seguros para innovar: permitir que los errores sean parte del proceso, no motivo de castigo.
  3. Reconocer y celebrar la iniciativa: visibilizar las ideas que surgen desde abajo y darles visibilidad e impulso.
  4. Conectar con el propósito: ayudar a los colaboradores a entender cómo su trabajo contribuye a algo más grande.
  5. Formar y acompañar: dotar a los equipos de herramientas de diseño, pensamiento estratégico y autonomía financiera.

Hay empresas que aún creen que la gente da su mejor versión cuando se siente vigilada. Hay líderes que todavía temen que un empleado con demasiada libertad pueda irse. Lo que no han entendido es que si no cultivan esa libertad, se irá de todos modos; pero lo hará sin haber dado todo su potencial, sin haber creado nada nuevo y, probablemente, sin dejar huella.

El intraemprendimiento no es una moda. Es una forma de activar el talento dormido, de construir organizaciones más ágiles, más humanas y más resilientes. Es hora de soltar el control y confiar en la chispa creativa que habita en cada persona con iniciativa.  Un mundo donde el cambio es la única constante, no hay activo más estratégico que un equipo que piense como dueño, actúe con pasión y crea que puede crear valor de forma superior. (O)

Fuentes: 
·  Pew Research Center - Generación Z (1997-2012):
https://www.pewresearch.org/social-trends/2019/01/17/defining-generations-where-millennials-end-and-generation-z-begins/

·  Economía Sustentable - Preferencias laborales de la Gen Z (73% busca propósito, 65% rechaza presencialidad rígida):
https://economiasustentable.com/noticias/el-73-por-ciento-de-la-generacion-z-busca-empresas-con-proposito-donde-trabajar/

·  Global Entrepreneurship Monitor - Tasa de emprendimiento en Ecuador:
https://www.presidencia.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2021/08/2021.08.04-ECUADOR-EMPRENDEDOR.pdf

·  Estudio de González-Cánovas et al. (2024) - Liderazgo auténtico y comportamiento intraemprendedor:
https://digibug.ugr.es/handle/10481/93864

·  Scielo - Estudio en pymes chilenas sobre intraemprendimiento (factores determinantes):
https://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-07642018000400167&script=sci_arttext