El 13 de noviembre se celebra el Día Nacional de la Educación, una fecha destinada a fomentar conocimientos que promuevan el respeto social y amplíen las oportunidades para todos. Esta conmemoración recuerda la creación de la Ley de Educación de 1872, impulsada por el presidente Gabriel García Moreno, que marcó un antes y un después en la historia educativa del Ecuador al instaurar la educación pública y gratuita, sentando las bases para un sistema nacional de enseñanza.
Este día subraya la importancia de la educación como motor del progreso social y económico, y reconoce el papel fundamental de docentes y estudiantes en la construcción de una sociedad más equitativa. Sin embargo, los datos actuales revelan una realidad preocupante:
- 4 de cada 5 niños menores de 10 años tienen dificultades para leer un titular (UNESCO)
- 7 de cada 10 estudiantes no alcanzan el nivel mínimo de competencia en Matemática, en 4. ° de EGB Subnivel de Básica Elemental (estudiantes de 8 años aproximadamente).
- 7 de cada 10 estudiantes no alcanzan el nivel mínimo de competencia en Lengua y Literatura y Matemática, en 7. ° de EGB Subnivel de Básica Media (estudiantes de 11 años aproximadamente).
- 5 de cada 10 estudiantes no alcanzan el nivel mínimo de competencia en Lengua y Literatura, en 10. ° de EGB Subnivel de Básica Superior (estudiantes de aproximadamente 15 años)
- 4 de cada 10 estudiantes no alcanzan el nivel mínimo de competencia en Matemática, en 10. ° de EGB Subnivel de Básica Superior (estudiantes de aproximadamente 15 años).
- 8 de cada 10 estudiantes no alcanzan el nivel mínimo de competencia en Lengua y Literatura, en 3er año de BGU (estudiantes de aproximadamente 17 años).
- 7 de cada 10 no alcanzan el nivel mínimo de competencia en Matemática en 3er año de BGU (estudiantes de aproximadamente 17 años).
(INEVAL, 2024)
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Los datos nos muestran que existe un limitado nivel de competencia en dos de las áreas que nunca caducan: Lengua y Matemática. Donde no se alcanza el nivel de competencia esperado en niños desde los 8 años hasta jóvenes de 17. Esto evidencia profundas desigualdades en el sistema educativo.
Pese a que el Día Nacional de la Educación resalta la importancia de la educación como pilar para el progreso social, estos datos reflejan una verdadera crisis educativa, que alberga a varias generaciones y edades y; que impide el acceso al conocimiento, a la comprensión del mundo en general y privan a los niños, niñas y jóvenes de alcanzar metas y sueños de forma equitativa.
Es urgente evitar la normalización de esta crisis. Los datos no deben ser simples estadísticas, sino un llamado a la acción.
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En estos días, muchos nos hemos preguntado por qué nuestro país enfrenta constantes crisis. Aunque las causas no siempre son claras, estoy convencida de que sin una educación de calidad, poco se puede avanzar.
La educación debe ser una prioridad para garantizar el futuro de nuestros niños, niñas y adolescentes, así como de los futuros profesionales que construirán el país. Para lograrlo, es imprescindible rescatar el potencial que se ha ido perdiendo. Esto requiere una constante formación y actualización docente, junto con evaluaciones continuas y procesos de retroalimentación que impulsen mejoras significativas.
El desafío está claro: necesitamos empezar a actuar. Ya contamos con una parte esencial, los datos; ahora debemos enfocarnos en la segunda parte, saber qué hacer con ellos y cómo transformar estas cifras en acciones concretas. (O)
