“Y si te dijera que puedes crear una realidad más allá de lo que consideraste posible” Cuando escuché esta frase se quedó por días en mi cabeza, ¿cuántas veces somos nosotros mismos quienes nos limitamos, procrastinamos y no nos permitimos ser o avanzar?
¿Qué pasaría si vieras al mundo como un lugar de creación, que la vida siempre está llena de oportunidades, que todo lo que queremos lograr está disponible, ahí delante, que solo falta sentirte merecedor y elegir recibirlo? Permitirte cerrar los ojos por unos segundos y sentir ese anhelo, ese sueño con todas sus emociones como si ya estuviera pasando.
La buena noticia es que si un sueño llegó a ti, es porque tienes todo el potencial en tu interior para cumplirlo y traerlo a la vida. La mala noticia es que si no accionas y trabajas en ello, ese sueño, esa idea buscará a alguien más para crecer. Por eso es importante, estar anclados en nosotros, en creer que somos capaces, derrumbar miedos, avanzar sin juicios y desde un lugar consciente.
Para llegar a este espacio, nuestros hábitos marcan la pauta. ¿Qué haces al levantarte?, ¿Qué haces antes de irte a dormir?, ¿Qué personas están en tu entorno?, ¿Cómo nutres tu cuerpo?, ¿Eres tu prioridad? Preguntas que nos ayudarán a identificar nuestro diario vivir con el único objetivo de crear más en nuestra vida, crear más de eso que nos inspira y nos apasiona.
Hay momentos que nos quiebran, que nos paralizan, que no nos permiten estar en claridad, pero si los empezamos a ver como un espacio de evolución, de crecimiento, la perspectiva se vuelve diferente, nos permite navegar con más fluidez y facilidad en la vida ante circunstancias que crees que no puedes cambiar.
Aquí recordé una premisa, lo escuché en un podcast de crecimiento personal, no lo citaré textual, pero les comparto la idea: “siempre estamos en el camino correcto y todo lo que vivimos aunque ahora no lo entendamos, siempre será para nuestro mayor bien y crecimiento” a este mensaje le quiero agregar, que esto pasa solamente cuando elegimos no quedarnos en el dolor sino transformarlo.
El miedo también está presente, y cuando escuchaba cosas como: “guardamos el miedo en la mochila y lo cargamos con nosotros”, solía decir… ¡NO! el miedo hay que destruirlo, en esa valentía absurda que pensaba que eliminándolo todo estaría bien. Ahora entiendo que el miedo es necesario, que muchas veces nos marca el camino hacia donde debemos ir. Claro está que debemos diferenciarlo entre el miedo limitante, del cual estoy hablando, al miedo de protección, que nos ayuda a mantenernos alerta y físicamente a salvo.
Así que hoy puedo decir, que cuando sientas miedo en ir por tus sueños, ¡hazlo! ¡avanza! porque con todo y miedo se debe empezar y éste se va disipando en el camino. Que el no hacerlo, también es tomar una decisión, la decisión de no ir por lo que quieres, de no crecer y quedarte en tu zona de confort. De no crear esa marca, ese emprendimiento, esa empresa que tanto llama a tu alma.
Levantarnos desde un espacio de fe, de entender que la magia está en creer en ti, para abrir un mundo de infinitas posibilidades, un espacio donde cada día vas eligiendo tu realidad, ser más tú, ser fiel a tu esencia y de pronto llega un momento en el que logras cosas que para ti considerabas imposibles. Que no vas ni tarde ni temprano, que vas a tu tiempo, que todo irá tomando forma a medida que así lo elijas ser.
Te dejo con estas preguntas, que son claridad en mis momentos de confusión y me ayudan a enfocarme. Lo aprendí de una facilitadora de conciencia y se han convertido en un “life changer” en mi vida: ¿Qué espacio y conciencia puede ser mi cuerpo, mi mente y yo para conquistar la vida de mis sueños? ¿Qué valentía eres que aún no te haz reconocido ser? (O)
