Cara a cara
"La comunicación es el arte de ser entendido", Peter Ustinov

En la sociedad actual, el uso de la tecnología y en particular de los teléfonos celulares, ha transformado la manera en que las personas se comunican y enfrentan sus conflictos. Cada vez es más común observar cómo, en lugar de abordar los problemas de manera directa, muchas personas prefieren enviar un mensaje justamente para evitar una confrontación cara a cara. 

Refugiarnos detrás de una pantalla nos brinda una sensación de seguridad y control. Nos permite ensayar respuestas y, en cierta medida, despersonalizar la conversación, lo que puede ser beneficioso en situaciones de estrés. Sin embargo, este alejamiento de la comunicación cara a cara limita nuestra habilidad para entender completamente las emociones y el lenguaje corporal de la otra persona, lo cual es fundamental en la resolución de conflictos. 

Este fenómeno no discrimina por edades, tanto jóvenes como adultos recurren a la tecnología para evitar momentos incómodos. Los jóvenes, por ejemplo, que crecieron en un entorno digital, pueden sentirse más cómodos comunicándose a través de mensajes de texto que en conversaciones en persona. Los adultos, a su vez, se han adaptado a esta práctica, posiblemente buscando evitar confrontaciones que, en otros tiempos, habrían sido inevitables. Este cambio cultural plantea el desafío de equilibrar la comodidad de la tecnología con la necesidad de preservar habilidades de comunicación que solo se desarrollan en interacciones cara a cara.

Es cierto que la tecnología facilita la comunicación, pero no debemos permitir que se convierta en un sustituto de las conversaciones significativas. Resolver conflictos es parte fundamental de nuestras relaciones y de nuestro crecimiento personal. Cuando evitamos enfrentar problemas en persona, también estamos perdiendo oportunidades valiosas de aprender, crecer y fortalecer nuestras conexiones con los demás. La comunicación directa fomenta la empatía y permite una comprensión más profunda, al promover una conversación más honesta y humana.

¿Es posible que, al preferir una pantalla sobre el cara a cara, estemos evitando la posibilidad de mejorar nuestras habilidades para relacionarnos y de construir vínculos más sólidos? Resolver los conflictos de manera cordial, sin dejar de lado la presencia física, es esencial para desarrollar relaciones más auténticas y respetuosas. Invito a cada uno a dar el paso de enfrentar sus conflictos de frente, con respeto y empatía, reconociendo que una conversación honesta puede abrir puertas hacia una comprensión y paz duradera. (O)