Biotecnología para la salud: el camino de Uruguay hacia la innovación global
Lorena Betancor Catedrática de Biotecnología de la Universidad ORT Uruguay.
Lorena Betancor Catedrática de Biotecnología de la Universidad ORT Uruguay.
La biotecnología es una disciplina amplia de la ciencia aplicada que utiliza procesos biológicos, organismos, células o componentes celulares para desarrollar tecnologías con un impacto positivo en áreas como la agricultura, la industria alimentaria y la salud. Los avances en investigación aplicada, que hacen posibles estas innovaciones, no existirían sin la sólida base que proporciona la investigación fundamental. Ambas dimensiones son inseparables y se alimentan mutuamente, creando un círculo virtuoso de conocimiento que lleva a soluciones cada vez más eficaces.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan los descubrimientos científicos vinculados a la salud es la compleja transición desde el laboratorio hasta el paciente, lo que se conoce en inglés como bench-to-bedside. Este proceso exige un enfoque multidisciplinario que abarca desde descubrimientos fundamentales en investigación hasta el desarrollo de nuevos métodos diagnósticos, tratamientos innovadores y enfoques transformadores en la prestación de servicios de salud. Este camino, largo y exigente, depende de una constante interacción entre las necesidades de los pacientes, las preguntas formuladas por los profesionales sanitarios y las soluciones que buscan los científicos.
Para transformar la ciencia en soluciones que impacten la vida de las personas, el talento humano es esencial. Uruguay ha sabido construir una base sólida de formación en ciencias y tecnologías, lo que constituye un verdadero motor para el desarrollo de la biotecnología traslacional. La carrera de Ingeniería en Biotecnología de la Universidad ORT Uruguay es un ejemplo destacado: integra excelencia científica y tecnológica con una visión estratégica de negocios; una combinación clave para potenciar la conexión entre ciencia, industria y sociedad. Más allá de este caso puntual, la calidad de la formación científica en Uruguay es ampliamente reconocida, y sus profesionales —dentro y fuera del país— son protagonistas del crecimiento del sector. Sin embargo, consolidar y escalar este impulso exige mantener una apuesta firme por la formación de nuevos talentos que fortalezcan el ecosistema innovador.
Dentro de las áreas más prometedoras de la biotecnología aplicada a la salud se encuentran las denominadas tecnologías profundas, o deep tech, como se conocen en inglés. Según el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT), estas soluciones emergentes abordan desafíos sociales complejos mediante desarrollos que requieren largos períodos de investigación, significativas inversiones de capital y riesgos técnicos elevados, aunque generalmente con riesgos de mercado más bajos debido al claro valor que aportan a la sociedad. Estas innovaciones ofrecen respuestas a los grandes retos globales, como el cambio climático, la energía sostenible o la salud pública.
Las tecnologías profundas vinculadas a la salud tienen el potencial de transformar radicalmente el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Esta disciplina ofrece nuevas esperanzas a los pacientes y está redefiniendo la atención sanitaria. Para maximizar sus beneficios y mitigar sus riesgos, es esencial un compromiso conjunto de los responsables de políticas públicas, los proveedores de salud, las empresas, los inversores, las fundaciones filantrópicas y la sociedad en su conjunto. El modelo bench-to-bedside ha demostrado ser una herramienta eficaz para integrar visiones y esfuerzos, derribando barreras entre la academia y la industria, y permitiendo a los científicos colaborar en el desarrollo de soluciones concretas.
Uruguay avanza con decisión en la construcción de un ecosistema de innovación científica. El respaldo a startups fundadas por investigadores es parte de este proceso, que requiere también un marco regulatorio claro y actualizado. En biotecnología en salud, una regulación sólida no solo define el terreno, sino que da certezas a quienes transforman ideas en soluciones que lleguen al mercado y al paciente. Con visión estratégica, inversión sostenida y colaboración, Uruguay tiene el potencial de sumarse al esfuerzo global por resolver problemas de salud aún pendientes, generando sinergias entre profesionales, empresas, instituciones y fondos de inversión para transformar la ciencia en bienestar.