El 2 de enero de 2025, noticias provenientes de la ciudad de Pithampur, India, dan cuenta que dos hombres se inmolaron para protestar contra la eliminación de desechos tóxicos en su ciudad. Los residuos provenían de Bhopal- "La Bagdad de la India"- ubicada a 200 kilómetros de distancia y que cumpliendo una orden emitida por el Tribunal Superior de Madhya Pradesh llegaron a la planta de destrucción de desechos que funciona en ese sitio.
Las autoridades indias comenzaron el 1 de enero de 2025, el traslado de 337 toneladas de desperdicios tóxicos almacenados en la cerrada y abandonada fábrica de la ya desaparecida empresa estadounidense Union Carbide Corporation. Los residuos viajaron en bolsas herméticas en el interior de una docena de contenedores especiales. El convoy se completó con decenas de furgones policiales, ambulancias y coches de bomberos "para evitar incidentes durante el desplazamiento". El gobierno local - aunque tarde- se ha comprometido a la desaparición completa de los remanentes de la tragedia ambiental. Los desechos se mezclarán con reactivos y se almacenarán en pequeñas bolsas hasta su incineración, que se espera que comience entre marzo y abril de este año." En total el proceso puede alargarse ciento ochenta días", manifestó un vocero oficial
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¿Qué pasó en Bophal?
La noche del 2 al 3 de diciembre de 1984 - desde la fábrica de pesticidas de la Union Carbide Corporation que fuera diseñada, construida y manejada por esa trasnacional química - con el visto bueno del gobierno indio-, ubicada en medio de un barrio pobre de Bhopal, se produce una incontrolada fuga de gases tóxicos, cuarenta toneladas de estos forman una nube venenosa que pronto cubre la ciudad ocasionando muerte a unas cinco mil personas en pocos días y más de veinte mil a largo plazo. La mitad de las víctimas fueron musulmanas y la otra mitad tiene un alto componente de las llamadas "castas inferiores" hindúes.
Cuando el tanque de almacenamiento de isocianato de metilo (MIC) se rompió empezó una tragedia que hasta ahora conmociona no solo a la India sino al mundo entero. "La gente lloraba, vi angustia, nadie sabía que hacer, ni como aliviar el dolor. El cielo estuvo rojo cuatro noches "recuerda un lugareño que llegó a Bhopal al siguiente día de la fuga de gas.
Han transcurrido cuarenta años y las consecuencias de esta catástrofe aún se siguen manifestando en los barrios cercanos a la desierta factoría: muerte por cáncer y/o enfermedades pulmonares, infecciones renales, envejecimientos prematuros, abortos y un sinnúmero de discapacidades congénitas.
Amnistía Internacional, en una reciente investigación (marzo del 2024) señaló que algunas generaciones directamente afectadas, en un número cercano a las 500,000 personas siguen sufriendo las graves derivaciones del imperdonable descuido de Union Carbide Corporation... "un desproporcionado número de niños y niñas cuyos progenitores estuvieron expuestos al gas han nacido con discapacidades, y la incidencia de abortos espontáneos y bebés nacidos muertos en las comunidades afectadas sigue siendo mucho más alta de lo normal ".
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Una lectura que estremece
Los reconocidos escritores Dominique Lapierre y Javier Moro, viajaron a la India con la finalidad de investigar todo lo relativo a la tragedia de Bhopal, su trabajo y sus pesquisas duraron algo más de tres años, durante los cuales recolectaron insumos valiosos y quizás únicos. Se entrevistaron con los supervivientes, con los enfermos, con las autoridades indias, con médicos y enfermeras, con trabajadores de la factoría, con directivos -los pocos que dieron la cara- de Union Carbide Corporation y con toda persona que pudiese darles alguna pista sobre lo ocurrido.
Terminada la fase en territorio, una vez recopilados datos, cotejadas las informaciones recogidas en documentos oficiales, respaldos técnicos e investigaciones médicas y verificando hipótesis, los autores de la sesuda y minuciosa tarea entregaron su trabajo, a editorial Planeta Internacional, para que el año 1997 publique el libro "Era medianoche en Bhopal" de Lapierre y Moro con una acogida tan esperada como justificada, siendo la obra traducida a varios idiomas y reeditada en muchas ocasiones, actualmente se le considera un clásico de la literatura de no ficción.
De esta manera el mundo pudo conocer un poco más- y de primera mano- los detalles y entretelones de la mayor calamidad industrial que produjo la negligencia de una empresa en contra de todo un inocente poblado, marcando un esperado compromiso que se ha diluido en el tiempo, como la mortífera nube de gases que causaran tanto dolor, tragedia y muerte.
¿Y de los responsables qué?
Ante la tibieza y liviandad con que el gobierno indio manejó la catástrofe ambiental más grande que se ha dado en su territorio, el año de 1994 Union Carbide Corporation, sin muchas explicaciones, abandonó la fábrica en Bhopal, dejando toneladas de sustancias químicas almacenadas de manera antitécnica e impropia, lo que fue determinante para la posterior contaminación de fuentes de agua y del suelo con las consecuencias ya denunciadas. No hubo reparaciones ofrecidas en un principio, no se cumplió la totalidad de indemnizaciones prometidas, ni retiraron los desechos tóxicos, ni los protegieron correctamente, en definitiva, no hubo justicia para un conglomerado social agredido y pobre, frente a un gobierno local tan contemplativo como cómplice.
Cinco años más tarde, a mediados de agosto de 1999, Union Carbide Corporation, desapareció para siempre de "una manera muy conveniente" sin que pudiera reparar su culpa , fue comprada por una empresa norteamericana llamada Dow Chemical que el 2015 se fusionó con otra compañía del sector químico, dando lugar a la trasnacional y millonaria Dow DuPont, que desde un principio rechazó su responsabilidad en los aciagos sucesos ambientales indios y en la ulterior contaminación que cuatro décadas más tarde sigue envenenando suelos y aguas subterráneas de Bhopal.
Mark Dummet, director de Empresas y Derechos Humanos de Amnistía Internacional dijo hace poco que: "El racismo ambiental permitió esta catástrofe, y permitió también la respuesta despreciativa y cínica de quienes han tratado de retrasar la justicia a sus víctimas y, de forma vergonzosa siguen eludiendo sus claras responsabilidades en materia de derechos humanos". (O)