Aprendizajes en el camino
La felicidad no está en alcanzar una meta específica, sino en disfrutar del viaje y aprender de cada etapa del camino.

La movilidad y la resiliencia son elementos fundamentales en la vida profesional y personal. A lo largo de los años, aprendí que el camino hacia el éxito no es una línea recta, sino una serie de cambios y adaptaciones constantes. La resiliencia, la capacidad de sobreponerme a las adversidades, se ha convertido en una herramienta indispensable en mi desarrollo profesional, especialmente en un contexto tan dinámico como el de Latinoamérica y, más específicamente, en Ecuador.

El impacto de eventos significativos, como la dolarización en el año 2000, me mostró la importancia de adaptarse rápidamente a nuevas realidades. Desde entonces, he enfrentado numerosas crisis externas e internas, cada una de las cuales ha puesto a prueba mi capacidad de adaptación y fortaleza emocional. Estas experiencias me han enseñado que la incertidumbre es una constante en la vida profesional, y que abrazar el cambio es esencial para crecer y prosperar.

Un día me encontré en el lobby de una empresa un letrero que decía "La única constante en esta empresa es el CAMBIO",  esta frase encapsula perfectamente la realidad. Para navegar en un mundo de cambios continuos, he aprendido que la resiliencia no solo implica resistir las dificultades, sino también encontrar oportunidades en medio de la crisis y aprender a disfrutar del proceso.

A lo largo de mis 30 años de carrera profesional, he visto a muchas personas "tirar la toalla" ante las primeras dificultades. Sin embargo, aquellos que persisten y se adaptan son los que logran superar los obstáculos y alcanzar sus metas. Como líder, he entendido que estar al frente del cambio requiere convicción y capacidad de inspirar a otros a seguir adelante, a pesar de las resistencias.

Además, he aprendido la importancia de encontrar un equilibrio entre la vida profesional y personal. Disfrutar del camino y no solo enfocarse en la meta final es clave para una vida plena y satisfactoria. Las experiencias vividas, las mudanzas, y los desafíos enfrentados han ampliado mi perspectiva y me han convertido en una persona más completa y resiliente.

Viajar y vivir en diferentes países y ciudades me han brindado una riqueza de experiencias que me han permitido crecer y adaptarme a diversas culturas y entornos. Este tipo de movilidad no solo enriquece tu vida profesional, sino también tu vida personal, dándote una visión más amplia y una mayor capacidad para enfrentar desafíos.

Finalmente, animar a otros a salir de su zona de confort y a abrazar las oportunidades que se presentan fuera de su entorno familiar. Aunque puede requerir coraje y sacrificio, las recompensas y el crecimiento personal que se obtienen son invaluables. La felicidad no está en alcanzar una meta específica, sino en disfrutar del viaje y aprender de cada etapa del camino.

En resumen, mi trayectoria subraya la importancia de la resiliencia, la adaptabilidad, y la capacidad de disfrutar del proceso. Estos elementos no solo me han permitido navegar por un camino lleno de cambios y desafíos, sino que también me han dado una vida rica en experiencias y aprendizajes. (O)