Activar el crédito para la inversión privada
Ecuador debe reorientar su estrategia para movilizar el ahorro hacia la inversión productiva. Usar los dólares generados por exportaciones para invertir en sectores que generen más dólares y crecimiento. Crear una base sólida permitirá un círculo virtuoso de estabilidad que estimule la inversión y el empleo.

El crédito es una herramienta poderosa para el crecimiento económico, pero su destino determina la sostenibilidad de ese crecimiento. En Ecuador, gran parte del crédito se destina al consumo en lugar de la inversión productiva, generando vulnerabilidades estructurales. Para una economía dolarizada y pequeña, cuyo crecimiento depende de vender hacia afuera y asegurar un flujo constante de dólares externos, esta orientación es una limitación al desarrollo sostenible a largo plazo.

La dolarización ha brindado estabilidad inflacionaria, pero también ha limitado las herramientas de política monetaria, especialmente en la gestión de la liquidez y el crédito. Esta rigidez se ha agravado por distorsiones regulatorias como las tasas de interés máximas y la asignación obligatoria de activos, lo que lleva a las instituciones financieras a priorizar préstamos de corto plazo y consumo. Esto genera un crecimiento intermitente impulsado por el consumo, sin bases para un desarrollo robusto.

Ecuador enfrenta otra debilidad: su dependencia del petróleo. Aunque ha sido una fuente clave de ingresos, su volatilidad ha afectado la estabilidad económica, especialmente desde 2014. Diversificar en agroindustria, manufactura, minería y turismo es crucial, pero requiere capital significativo. 

Las necesidades de inversión son claras, pero ¿de dónde sacar los recursos? Para ilustrar el problema, en 2023, Ecuador exportó banano por $3.587 millones, mientras importó vehículos por $1.379 millones. Aproximadamente el 40% de las cajas exportadas se destinaron a automóviles, en gran parte financiados con crédito. ¿Es este el uso más productivo de los dólares generados por exportaciones? Reflexionemos: ¿qué tan sostenible es producir petróleo para comprar celulares o camarones para fast-fashion? No sería mejor destinar una parte de esos recursos a la inversión en generación eléctrica privada o nuevos complejos industriales.

El crédito al consumo ha brindado una sensación de bienestar, pero ha acentuado los ciclos económicos en auges y caídas. Durante euforias de consumo, la salida de dólares se acelera, ya que gran parte de lo consumido es importado. Esto presiona la liquidez, comprometiendo el crecimiento del crédito y alimentando recesiones. Estos ciclos que cada vez son más cortos impiden la planificación empresarial a mediano y largo plazo, dificultando la inversión y la contratación de gente.

Una solución parcial podría ser la adopción de políticas macroprudenciales. Por ejemplo, aplicar una ratio "Loan to Value" (LTV) en créditos automotrices para fomentar el ahorro antes de la compra. También podría ajustarse el encaje para frenar el crédito cuando crezca más rápido que los depósitos. La idea es crear un mecanismo de mercado que no imponga restricciones severas en crédito y que evite el proteccionismo comercial permanente en el que vivimos, y que más bien promueva un uso más estratégico del ahorro nacional.

En 2003, el 63% del crédito bancario en Ecuador iba a sectores productivos; en 2023, esa cifra cayó al 41%. Esto refleja una preocupante divergencia entre el ahorro y la inversión en sectores estratégicos que podrían generar un crecimiento sostenible. Pero el problema va más allá del crédito; Ecuador necesita una clara vocación de inversión en infraestructura, tecnología y capacitación laboral para salir de esta situación económica. El reto siempre regresa al mismo punto, con qué recursos.

En resumen, Ecuador debe reorientar su estrategia para movilizar el ahorro hacia la inversión productiva. Usar los dólares generados por exportaciones para invertir en sectores que generen más dólares y crecimiento. Crear una base sólida permitirá un círculo virtuoso de estabilidad que estimule la inversión y el empleo. Necesitamos una estrategia integral que use inteligentemente los recursos económicos, sacrificando el consumo a corto plazo para fomentar la inversión y "comprar" crecimiento a largo plazo. (O)