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El censo permitirá al país contar con un diagnóstico actualizado de la población y sus condiciones de vida, lo que dará una base más sólida para guiar los futuros procesos de planificación de políticas públicas e iniciativas privadas eficaces.

20 Julio de 2022 16.26

Este lunes, el Ecuador alcanzó los 18 millones de habitantes. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, que mantiene un contador de la población del Ecuador basado en sus proyecciones, la cifra llegó a las 18:00 horas del 18 de julio, así que cuando usted lea esta línea, la cifra ya habrá crecido en algunos centenares.

Por otra parte, el 15 de noviembre de 2022, dentro de cinco meses, la población mundial alcanzará los 8.000 millones, según Naciones Unidas en su último informe, Perspectivas de la población mundial 2022

Como cabía esperar, la tasa de crecimiento de los habitantes del planeta Tierra se ralentizó entre 2020 y 2021, llegando a registrar el dato más bajo desde 1950: menos del 1% de crecimiento anual. La ONU atribuye este frenazo a dos razones: la reducción de la fertilidad y la pandemia de la covid-19.

La pandemia del coronavirus también tuvo su impacto sobre la esperanza de vida en todo el mundo. Esta se redujo a 71 años en 2021 (frente a 72,8 en 2019). Naciones Unidas apunta también a que “en los países de ingresos altos”, las sucesivas olas de la pandemia podrían haber reducido a corto plazo el número de embarazos y nacimientos. Una tendencia que no se observa en los países menos desarrollados. 

En el Ecuador, Guayas es la provincia con más habitantes con 3,6 millones, siguiéndole Pichincha con 2,5 millones y Manabí, con 1,3 millones. 

En 2021, la fecundidad media de la población mundial se situaba en 2,3 nacimientos por mujer, lo que supone menos de la mitad de los cinco que se producían hace 72 años. La ONU prevé que la natalidad mundial siga disminuyendo hasta los 2,1 descendientes por mujer en 2050.

El Ecuador esa tasa se alcanzará mucho antes: en 2030. La Tasa Global de Fecundidad (TGF) del Ecuador era 2,38 en 2020, cuando en 1970 fue de 6,39. Desde entonces, empezó el descenso: en 1980 fue de 4,89; en 1990, 3,85; en 2000, 3,26, y en 2010, 2,79: muy rápida en el último tercio del siglo XX y menos acelerada, pero aún bajando, en el XXI. Por ello, siempre según el INEC, la “tasa de reemplazo” de 2,12 se alcanzará en 2030. Se llama así en demografía al nivel mínimo necesario para “reemplazar” a los dos padres. Si la tasa desciende de esa cifra, las poblaciones disminuyen en el tiempo (las migraciones son harina de otro costal).

El descenso más sorprendente es el de España, donde el número de nacimientos es bastante menor al número de fallecimientos desde hace algunos años, y donde su población solo crece porque se compensa con la inmigración (entran más de los que salen). En realidad, este es el fenómeno  de todos los países ricos, donde, entre los años 2000 y 2020, la inmigración superó el balance de nacimientos sobre muertes. 

Con todo, el panorama no es nada halagüeño para España pues el propio estudio ya citado, Perspectivas de la población mundial, dice que para 2100 España perderá el 35% de su población, pasando de 47,5 millones de personas a apenas 30. 

En general, Europa es el continente más afectado por el frenazo al crecimiento de la población actual y seguirá siendo así en el futuro debido a su “avanzado envejecimiento demográfico”. 

¿Y qué pasa con la población mundial a largo plazo? Ya se sabe desde hace años que no hay base para el terror de Malthus de que la población crecerá sin límites por siempre y para siempre. El estudio de la ONU proyecta que el pico de población se alcanzará en la década de 2080, con 10.400 millones de personas. Y a partir de ese momento se estabilizará hasta el año 2100.

Mientras la migración va a ser el único motor del crecimiento demográfico en los países de renta alta en las próximas décadas, el aumento de la población en los países más pobres seguirá siendo impulsado por un exceso de nacimientos sobre muertes. 

Además, para 2050 se prevé que el número de personas a partir de 65 años doble la cifra de niños menores de cinco años, y sea el mismo que el de menores de 12. En concreto, la proporción de la población mundial mayor de 65 años aumentará del 10% en 2022 al 16% en 2050. Una tendencia impulsada por Europa y Norteamérica, las regiones del mundo con la población más envejecida. 

La ONU estima que la longevidad media mundial alcanzará los 77,2 años en ese año, lo que tensionará los sistemas de atención sanitaria y la sostenibilidad de la seguridad social y las pensiones, un problema que ya ha comenzado a plantearse en España. 

Un dato adicional: más de la mitad del crecimiento previsto de la población mundial hasta 2050 se concentrará en ocho países: la República Democrática del Congo, Egipto, Etiopía, India, Nigeria, Pakistán, Filipinas y Tanzania. 

De hecho, la India está a punto de sobrepasar a China como el país más poblado del mundo y la ONU espera que ese cambio se produzca en 2023. En general, los países más pobres son los que más crecerán en número de habitantes, hasta duplicar su población entre 2022 y 2050.  

El desafío demográfico es inmenso en los países pobres, porque al aumento tan alto de la población hay que añadir los efectos del cambio climático. Por ello, sin desarrollo sustentable y ayuda internacional será cada vez más difícil para ellos erradicar la pobreza, luchar contra el hambre y la malnutrición, y dar cobertura suficiente en los sistemas sanitarios y educativos. 

Casa adentro, debemos prepararnos mejor. En el 2022, se realizará la operación estadística más importante de los últimos 12 años: el VIII Censo de Población, VII de Vivienda y I de Comunidades. El censo permitirá al país contar con un diagnóstico actualizado de la población y sus condiciones de vida, lo que dará una base más sólida para guiar los futuros procesos de planificación de políticas públicas e iniciativas privadas eficaces. El INEC ya se encuentra realizando censos pilotos y cuenta con el apoyo del Gobierno, el sistema de Naciones Unidas y el Banco Mundial. Para que tenga éxito, debemos apoyarlo todos.  (O)

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