10 promesas de vida, no solo para el 2025
Hacer una lista de promesas no es tan fácil. Hay tantas cosas por cumplir y por hacer que resulta complicado elaborar un listado. Sin embargo, vale el esfuerzo intentarlo y escribir esos anhelos que todos tenemos. Aquí van algunas sugerencias para cumplirlas hoy, mañana y siempre.

Ponerse en el lugar de los demás. Cuántas veces nos hemos arrepentido de haber dicho algo o de haber actuado de alguna manera con otra persona y luego enterarnos de que esa amiga o ese colega la estuvo pasando bastante mal en esos días. Bueno, pues pensemos bien cómo actuamos, cómo reaccionamos y qué decimos en toda situación. Empatía se dice.

Escuchar y comprender. Aquí quiero hacer énfasis en la importancia de hablar y escuchar a las nuevas generaciones y que estas nos escuchen a los de mayor edad. Es un asunto de comunicación, una de las habilidades más antiguas que conoce el ser humano, pero que falla en el cruce intergeneracional que vivimos en el siglo XXI. No es asunto de imponer, si no de sugerir, preguntar, responder y comprender. Se dice rápido, pero toma algo de tiempo: una llamada, un whatsapp, una reunión, un correo electrónico... todo sirve comunicarnos, solo hay que saber usar las herramientas que tenemos.  

Confiar en la humanidad. No es posible que hoy en día hablemos a cualquier hora con alguna herramienta de inteligencia artificial, tanto para temas laborales como para asuntos personales, familiares o académicos. La humanidad ha llegado a los actuales niveles de desarrollo porque ha confiado en si misma y seguirá avanzando si mantenemos esa confianza. Está buena la IA, nos ayuda bastante, pero los seres humanos somos mejores, en todo.

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Equivocarse pronto y aprender. Eso lo saben bien los emprendedores de cepa: hay que equivocarse pronto y rápido, para corregir enseguida y salir fuertes de eso. Ya saben que solo se equivocan los que no intentan nada, entonces vamos a fallar, sin vergüenza, que para todo hay solución, menos para la muerte. 

Cuidar la salud mental. Suena trillado, pero es vital. Lo que pasa en nuestras cabezas, esas ideas raras que llegan y luego (a veces) se van, la cantidad de información falsa y verdadera que recibimos, el entorno que nos rodea, las tareas que nos estresan y esos asuntos que nos angustian. Cuidar la salud mental es prioridad.

Ojo con el bolsillo. Esta es una de esas promesas que menos se cumplen; todos empezamos el año diciendo 'ahora sí voy a ahorrar'. Pero llega febrero o marzo y decimos 'el año que viene sí cumplo'. Tal vez no es un asunto de ahorrar, si no de medir los gastos. Ya sé que siempre aparece algo en el camino: un almuerzo con un amigo, una salida con los compañeros de la oficina, un auto regalo... Pero recuerden que el estrés financiero aumenta la probabilidad de tener pensamientos suicidas.

Seguir aprendiendo. Lo mejor que puede hacer cualquier persona para crecer es aprender cosas nuevas. No tiene que ser una maestría o una nueva carrera o leer uno, dos o más libros al mes. Basta con un curso básico en línea o presencial sobre cocina, música, arte, mecánica, programación, finanzas, jardinería... Hay muchas cosas por aprender que nos harán sentir algo más útiles.

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Amar y abrazar. Lo más lindo de la vida es tener alguien a quien querer y amar, alguien a quien abrazar y decirle lo importante que es. Siempre prométanse dar amor.

Creérsela. Si no creemos en nosotros nadie más lo hará. Todos tenemos cualidades, habilidades y conocimientos que nos hacen únicos. Creamos en los que somos, en lo que hemos hecho y en lo que pensamos hacer hoy, mañana y siempre. Que nadie nos diga que no podemos. 

Cumplir las promesas. La promesa más importante y difícil. (O)