Revolucionar la industria de la limpieza, es uno de los objetivos que mantiene la empresa Zinner, que busca mejorar los métodos de limpieza mediante el uso de tecnología de punta. Su nombre tiene una historia, que refleja los objetivos claros planteados hace 25 años.
Se dedica a la comercialización de maquinaria, herramientas, productos e insumos de limpieza. Su labor se inspira en el círculo de Sinner y de ahí nace su nombre. Para Zinner hacer limpieza no es solamente pasar una escoba y trapeador, es un proceso técnico que permite tener resultados óptimos y duraderos.
El Dr. Herbet Sinner creó una estrategia para obtener la limpieza perfecta. Cuatro son los factores que se deben combinar: la acción mecánica, la acción química, la temperatura y el tiempo. Si bien, la empresa fue fundada por Jaime Miranda, hoy su hijo Felipe está al frente y es el gerente. Cuenta que la idea nació de la necesidad de ofrecer una limpieza tecnificada, “estamos acostumbrados a usar agua, detergente y trapeador; pero, hay más y mejores formas de hacerlo”.
Cuando abrieron sus puertas importaban los químicos de Estados Unidos, hoy lo hacen de Alemania. Como Zinner tienen una pequeña producción de químicos especializados, pero, el 99% llegan del extranjero. Su portafolio de productos es amplio y soluciona las necesidades del mercado. El cliente encuentra opciones para sus pisos, para eliminar el hollín, para las alfombras, para muebles, desengrasantes, etc. Son 1 800 SKUs (códigos), 800 clases de productos y 80 químicos diferentes.
Dentro de la empresa tienen a su marca consentida que es be blü, que presenta detergentes para ropa en presentación de pods biodegradables. Esta presentación enamora a las amas de casa porque son hidrosolubles, llenos de detergente y suavizante, son altamente sustentables, libres de fosfatos y no son probados en animales. Sus cajas son elaboradas con cáñamo de azúcar (economía circular) “en nuestro ADN está la sustentabilidad”, explica orgulloso Felipe.
El cuidado medioambiental y la tecnología son pilares fundamentales de Zinner. Su gerente detalla que con el método de limpieza tradicional, por ejemplo, se utiliza un litro de agua por metro cuadrado. Con las máquinas que comercializan se usa agua, se inyecta producto, se friega, se aspira; e incluso, ciertos equipos almacenan el agua sucia en un tanque para reciclarla y rehusarla. “Queremos concienciar a las personas sobre el uso en demasía del líquido vital. Por ejemplo, para la limpieza en una planta de procesamiento de cárnicos en promedio se utilizan 20 litros de desengrasante concentrado y más de 800 litros de agua al día”.
La cultura organizacional de la empresa es de puertas abiertas. Cuenta con cinco gerentes que trabajan de la mano con sus equipos y los clientes, por lo que la atención es 100% personalizada. Los clientes cuando adquieren un producto reciben capacitación para conocer cómo operar las máquinas, cómo usar las herramientas de limpieza, qué químico utilizar para cumplir con el objetivo, entre otros. Para Zinner cada cliente es diferente, todos los días realizan demostraciones, para que los clientes estén seguros de que los productos que van a adquirir funcionan correctamente para su necesidad.
A más de ello, Zinner tiene un servicio técnico especializado pendiente de cualquier avería. La mayoría de los casos son solucionables al momento, por lo que el equipo técnico guía al usuario por las diferentes herramientas tecnológicas. Si existe un problema mayor, la máquina es reparada en el servicio técnico y al cliente se le presta otra que la reemplace para que sus labores de limpieza no se vean afectadas.
Que sus colaboradores conozcan cada paso a seguir, es otra prioridad. Reciben capacitación constante, inducciones, talleres, que se realizan de forma presencial, cada tres meses.
Han desarrollado la APP 'Edu limpieza', muy útil para empleados y clientes, “con esta, pueden adquirir mayores conocimientos, en cuanto a técnicas y uso de químicos y máquinas”.
Son 45 quienes forman el equipo de Zinner y está presente en Quito, Guayaquil y Manta. Para el próximo año Cuenca también los recibirá. Su objetivo principal para un futuro cercano es llegar a diversos países de la región, en 2023 ya estarán en Perú. (P)