¿Cómo mira una organización como Femsa a la diversidad?

Cada persona es un conjunto que tiene sus diferencias y al interior de Femsa vemos a la diversidad como un todo, todos somos la diversidad. Una persona es como un iceberg, solo se ve una parte, pero cada uno de nosotros tiene vivencias, experiencias y esas características pueden dejarnos en una situación de ventaja o de desventaja. Entonces a partir de eso generamos medidas de inclusión y equidad para que las personas se puedan desarrollar.

¿Hace cuantos años Femsa definió este tema de le diversidad y por  qué?

Femsa siempre ha trabajado para generar valor económico y social en sus 130 años de vida. En 2018 se adoptó el pilar de inclusión y diversidad. Hoy ha evolucionado a diversidad, equidad e inclusión y esto ocurre por las necesidades de la empresa, somos más intencionales y posicionamos el tema como un asunto estratégico. Nos dimos cuenta de que la diversidad no es un destino, es un camino y eso es muy relevante, no es un una casilla que se marca como logrado, hay que estar siempre reinventando, viendo tendencias, miramos a nuestra gente y sus necesidades. Somos más de 350.000 personas en varios países y la inclusión y diversidad son distintas según el lugar. Nosotros apostamos por la meritocracia y el autodesarrollo, pero si la cancha no está pareja y no se entiende la diversidad de las personas no podemos lograr la meritocracia.

¿Cómo han sido estos primeros cinco años del área de Diversidad, Equidad de Inclusión?

Es un balance positivo, nuestros líderes están comprometidos y eso hace que las cosas se muevan. La gente se siente muy querida, nos falta mucho y estaos dando paso sostenible, no queremos iniciativas aisladas y para eso trabajamos día a día. Los desafíos son grandes, pero estamos felices.

¿Qué barreras han encontrado en este tiempo?

Hay varias barreras al interior y al exterior. Por ejemplo, Femsa ha hecho un trabajo muy grande con refugiados de Venezuela o Centroamérica que han llegado a México y una de las barreras fue la inclusión financiera, las personas tenían problemas en la apertura de cuentas de bancos donde recibían sus sueldos. También hemos trabajado duro para que más mujeres accedan a cargos ejecutivos, el 27% de mujeres ocupa posiciones ejecutivas. Todo lo que se logra es mediante sus unidades de negocio que miden este tema de mujeres ejecutivas, se hace un seguimiento exhaustivo y esperamos que en 2030 el porcentaje llegue a 40%.

¿Cómo se refleja la diversidad en la rentabilidad de la organización?

Por una Fybeca pasan miles de personas y cada una es distinta. Si en la organización tengo personas solo con un perfil no podemos entender a los clientes, entonces entendimos que debemos ser reflejo de los consumidores, tenemos una responsabilidad con la sociedad y al ser un espejo generamos puertas y seguimos creciendo como empresa.

¿Hay algún mercado que tenga mayores barreras que otro?

Todos los países tienen su propia realidad, no quisiera comparar una diversidad con otra. Los desafíos son importantes en cada país, en Ecuador, en Chile, Colombia, Argentina… Más allá de comparar lo importante es hacerse cargo de la problemática. El gran desafío es afinar el ojo en cada país, apostar por la concientización de la gente.

¿Qué pasa cuando hay sesgos en jefaturas o en otros niveles?

El trabajo de sesgos es constante. Nos apoyamos mucho en la comunicación, hacemos capacitaciones, reforzando mensajes para que la gente sea consciente de su sesgo. Es un tema de educar y sensibilizar por varias vías. Los sesgos no se eliminan  y hay que gestionarlos siempre. (P)