En 1895, Quito tuvo por primera vez luz eléctrica gracias a un pequeño motor, el cual permitía la iluminación de cuatro focos. Dos años después se importó una central de 200 kw para expandir el servicio hacia otras áreas. En 1937 se creo la Empresa Eléctrica Municipal, a la par que se inauguró una nueva central que se instaló en Guangopolo, la cual contaba con una potencia de 3.400 kw y servía a 9.498 abonados.
En 1955, esta empresa se convirtió en una compañía autónoma y adoptó el nombre de Empresa Eléctrica Quito S.A. En la actualidad presta servicio a 1.2 millones de clientes. Cuenta con seis centrales hidroeléctricas y una termoeléctrica con 128.51 mw. Maneja una recaudación anual de US $350 millones.
El 4 de agosto del 2021, Paulo Peña asumió la gerencia general de la empresa, es ingeniero mecánico de profesión, y hasta hace poco, ejerció el cargo de coordinador técnico de regulación y control eléctrico de la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales no Renovables (ARCERNNR). Su reto darle una nueva imagen a la EEQ
¿Por dónde arrancará este proceso de modernización?
En el 2024, la Empresa eléctrica Quito (EEQ) tendrá una nueva cara. Mi legado será la modernización, estableceremos una nueva estructura orgánica, tenemos problemas acumulados en cuanto a convenios y trato a los trabajadores. Teníamos más de 300 personas con contratos provisionales, fijaremos nuevas políticas. Vamos hacia una nueva imagen para brindar eficientemente el servicio a mas de 1.2 millones de clientes
¿Por dónde va a empezar?
Vamos a empezar en dos vías. El equipamiento, tenemos equipos obsoletos que han cumplido su vida útil más de 25 años y el segundo es el talento humano. Vamos a capacitar a nuestros trabajadores para que se adapten a los cambios y a la modernización, voy a fomentar el teletrabajo para el área administrativa. El 70% del personal es operativo y lo vamos a capacitar en nuevas tecnologías y nuevas formas de prestar el servicio.
¿El equipamiento por dónde se empezará y cuánto tiempo tomará?
Vamos a empezar por medidores inteligentes, actualmente todavía se imprimen manualmente las facturas y las dejamos en las casas. Vamos hacer que las facturas sean digitales, no estamos inventando nada novedoso. Los datos serán enviados a un centro de control. Hemos instalado un total de 1.003.296 medidores digitales.
¿Cómo será el cambio?
Los cambios serán por fases, estamos hablando de hasta US$ 20 millones por año para el recambio. A países como España les tomó diez años implementar el cambio.
¿Cuál será la estrategia?
Tenemos dos estrategias. La una, la adquisición con inversión propia y la otra establecer alianzas con el sector privado, para ello se lanzará una licitación para escoger la mejor oferta.
¿Qué otros equipos serán adquiridos en este proceso de modernización?
También adquiriremos nuevos transformadores, muchos están obsoletos y son la principal causa de los cortes de luz en algunos sectores, actualmente contamos con 43.390 transformadores instalados en el sistema de distribución. Nosotros estamos implementando los cambios de arriba hacia abajo, es decir desde lo más grande. Hemos implementado 500 kilómetros de fibra óptica para conectar nuestras subestaciones, esto nos permite, en caso de una falla, alimentar al sector afectado desde otro sector.
¿Transformadores también inteligentes?
Por supuesto, para este año contamos con un presupuesto de US$ 140 millones para la modernización y expansión, que es llevar las redes hacia lugares que no cuentan con energía, mantenimiento, operación, administración y expansión del servicio eléctrico. También tenemos que adquirir camiones especiales y drones para inspecciones más ágiles. Sólo en el ámbito de alumbrado público, seguíamos manteniendo la tecnología antigua, luminarias de vapor de sodio que ya cumplieron su ciclo. Nuestra intención es un uso eficiente de los recursos, de la energía y estamos cambiando a tecnología LED. Vamos a dar a la población un mejor nivel de iluminación en las vías públicas. Al hacer el cambio a luminarias LED mejoramos también la seguridad ciudadana, pero sobre todo como EEQ gastaremos menos en la compra de energía, hoy destinamos US $80 millones.
¿Cuántos postes tienen previsto cambiar?
Tenemos en Quito y en el área de concesión cerca de 300.000 luminarias. Hasta finales de año vamos a cambiar 30.000, eso significa reducir entre el 40 y el 50 % de consumo de energía, estamos hablando de cerca de US$30 millones de inversión. Esto nos tomará por lo menos cuatro años. No se han hecho cambios en tecnología en los últimos 30 años.
¿En qué consiste el proyecto de estar más cerca de la comunidad?
Quiere decir que vamos a cambiar el modelo de atención al cliente, no vamos a esperar que el cliente llegue a transmitirnos la queja o el reclamo. Queremos cambiar hacia los medios digitales, no vamos a construir más agencias, sino activar la página web, el call center y aplicaciones móviles.
¿Cambiar a hacia un mundo digital cuánto le costará?
Estamos preparándonos desde tres aristas: La página web debe ser amigable, porque estamos consientes que sólo los jóvenes la utilizan. Actualmente unos 300 mil usuarios acuden a las agencias para sus trámites o reclamos, la idea es cambiar eso. Lo vamos hacer con alianzas estratégicas con el sector privado. Estableceremos kioskos digitalizados para hacer pagos, reclamos o solicitudes. Este año saldrán los primeros.
¿Hay un proyecto de soterramiento de cables, qué pasó?
Si, para el Centro Histórico, es un proyecto ambicioso que arrancaría el próximo año. Adquirimos unos equipos especiales para hacer soterramiento sin abrir las zanjas en las calles. Se trata de una microtuneladora que va por debajo del suelo y nadie la ve, se abre un pequeño agujero y esta máquina recorre las distancias determinadas, lo increíble es que la gente en la superficie ni se entera que se está trabajando abajo.
¿Cuál es el presupuesto estimado?
Hace unos años era de US $ 67 millones, estamos haciendo una actualización y se estima que será de US $100 millones. Ya hablamos con la Alcaldía y la empresa privada. Nos tomará seis años, por la complejidad y el área a intervenir. (P)