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Cognuz nació con el propósito de brindar asesoría legal especializada en temas fiscales y de protección patrimonial. Su enfoque va más allá del corporativo tradicional. "Nos dimos cuenta de que no se puede entender a la empresa sin entender a la familia que está detrás. Por eso, además de nuestra asesoría empresarial, creamos una línea de Family Office, que atiende directamente a las personas tanto a nivel local como internacional, no solo a las estructuras jurídicas", explica Álvaro.
En un país sin una cultura sólida de planificación sucesoria, Cognuz llega para ocupar un vacío urgente. Las estadísticas y la experiencia de Álvaro lo confirman. Según este experto, muchas familias posponen la planificación patrimonial por temor, negación o desconocimiento. "Hay una resistencia natural a pensar que algún día no vamos a estar. Pero los hechos nos han demostrado que no planificar puede salir carísimo: en conflictos familiares, en pérdida de patrimonio o en sanciones por parte del Estado".
Álvaro recuerda casos que marcaron su carrera: familias que llegaron tarde a planificar y enfrentaron juicios entre hermanos, o empresas que no sobrevivieron al fallecimiento de su fundador. "Una vez, el hijo que estaba llamado a tomar el control del negocio falleció antes que el padre. No hubo plan B. Ese tipo de experiencias nos enseñan por qué es clave anticiparse".
El consultor insiste en que lo que los diferencia es la "personalización extrema". "Nuestro servicio es como un traje a medida. Entendemos la psiquis de la familia, sus relaciones, sus miedos y sus objetivos. No ofrecemos soluciones estandarizadas. Cada caso es distinto".
Cognuz también diseña estructuras corporativas, mejora la carga tributaria, acompaña procesos de sucesión generacional, asesora en testamentos legales y en bioéticos, y protege el patrimonio cuando hay miembros con discapacidad. "En esos casos, el componente humano es fundamental. Hablamos con cada integrante de la familia, uno a uno, para entender lo que sienten y necesitan".
Y aunque su especialidad son los patrimonios altos, Álvaro cree que todas las familias con activos, incluso medianos, deberían estructurar su legado. "No se trata solo de proteger lo que se tiene, sino de mantener la armonía familiar. Hay muchas herencias que destruyen relaciones porque no hubo diálogo ni previsión".
En los últimos años, el concepto de planificación patrimonial evoluciona con fuerza, impulsado por mayores exigencias regulatorias, transparencia fiscal y un creciente interés por la continuidad empresarial. Las nuevas generaciones exigen una gestión más profesional, ética y alineada con los valores familiares, explica este ejecutivo.
"El mundo está migrando hacia la transparencia. Ya no basta con tener una empresa bien estructurada. Hay que cuidar la marca personal, la reputación y el legado". Cognuz se adapta a esta realidad y ofrece asesoría a largo plazo. "Nuestros procesos duran entre cinco y seis años. No somos una consultoría puntual, somos un acompañamiento integral para las familias".
En un negocio donde se habla de fallecimientos, herencias, enfermedades y secretos familiares, la confianza lo es todo, afirma Álvaro, quien vuelve al punto de partida: el derecho, para él, es una profesión de servicio. "Nos motiva ver que, gracias a una buena planificación, las familias conservan su patrimonio, su paz y sus relaciones. Al final, uno no se pelea con cualquiera, se pelea con su hermano, su madre, su primo. Y eso deja heridas que ninguna herencia puede curar". (P)