Valió la pena
Pudimos volver a compartir nuestro espacio de manera más fluida, ¡como cuando el cemento, la grava y el agua se mezclan de manera homogénea para crear concreto! Al igual que la fricción que ocurre dentro de la batidora, nuestro tiempo juntos ayudó a suavizar nuestras diferencias y a unirnos más, ¡como un todo!