La crisis de la fecundidad
Un país puede ser rico en recursos minerales, agrícolas o energéticos, pero si no hay gente que sepa y pueda usarlos para transformarlos en bienes y servicios que procuren bienestar, entonces no hay real riqueza.
Un país puede ser rico en recursos minerales, agrícolas o energéticos, pero si no hay gente que sepa y pueda usarlos para transformarlos en bienes y servicios que procuren bienestar, entonces no hay real riqueza.
El final feliz de esta historia es poco probable. Solo queda esperar que la diplomacia y la disuasión prevalezcan. En todo caso, hacia el 2026, puede que sea hora de renovar la computadora, el smartphone y otras tecnologías.
La consulta sobre el Yasuní no parece ser una encrucijada, más bien un bache en el camino, porque en lo ambiental se desorientan las prioridades y en lo económico se marean las finanzas públicas.
La sostenibilidad está en boca de todos. ¡Genial! Ahora, a seguir actuando y a acelerar, porque de lo dicho al hecho hay un buen trecho. No hay mucho tiempo y todos debemos contribuir.