Lo que el fútbol me enseñó
El fútbol es, en definitiva, no estar seguro de nada. El fútbol es algo enigmático e inentendible. Porque, el fútbol, apasionados amantes del balompié, se vuelve espectáculo y congrega todos los instintos.
El fútbol es, en definitiva, no estar seguro de nada. El fútbol es algo enigmático e inentendible. Porque, el fútbol, apasionados amantes del balompié, se vuelve espectáculo y congrega todos los instintos.
Casi todos los síntomas de la vejez se pueden evitar o esconder, menos uno: el tiempo. ¡Esa sí que es una desgracia! Por eso, quien sabe, si hubiéramos sabido esto antes, nuestra juventud hubiera sido distinta. Sin embargo, son cosas que solo las enseña el tiempo.
Después de revisar todo el vademécum no había más enfermedades, por lo que concluí que ya no me ocurría nada más. Sin embargo, me pregunté cuánto tiempo me quedaría de vida, así que creo voy a tener que ir al médico para que me revise y, sin duda alguna, volver a tomar tabalón.
El Derecho Societario, antes de las reformas, estaba basado en normas arcaicas que no se ajustaban a la realidad y que entorpecían la actividad empresarial llenándolo de trámites y costos innecesarios.
Mientras se secaba las palmas, Poncio Pilato ordena que los guardias de manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes lleven al sentenciado al Gólgota, a cumplir su condena. Está escrito, todo es cuestión de tiempo compañeritos.
Elijo creer que Ecuador todavía tiene salida. La purga empieza en casa, los delincuentes deben ir a la cárcel y, estoy convencido, existe gente honesta y proba que hará bien las cosas. Plantemos un sistema más transparente, que los abogados transgresores no vuelvan a ejercer su profesión, que los jueces y fiscales sean los mejores, los asambleístas velen por el país y no por el líder que debería estar en una cárcel.
El juego se convirtió en un escape y en un motivo en el que terminamos siendo cómplices, padre e hijos, y nos acerca con cada patada, aunque suene contradictorio. Lo único que gastamos es sudor y suela y esa es una de las mejores inversiones que alguien puede hacer.
Además de la muerte y pagar impuestos, el baño es ese lugar que nos hace semejantes unos con otros: reyes, presidentes, artistas, abogados, futbolistas, ingenieros, ricos, pobres, todos somos iguales es este recinto.
No nos debemos olvidar de disfrutar de los pequeños placeres de la vida, que los sentimientos no se rinden y que la vida son estos pequeños momentos que debemos encontrarlos y disfrutarlos porque es una actitud que depende de nosotros mismos.
Nadie vuelve a ser lo mismo dos veces. Ni las personas. De este trance no hay vuelta atrás, pero hay que salir cuanto antes. Se vuelve a construir, siempre, pensando en un futuro mejor, más próspero para todos. Si sabes contar, cuenta conmigo. Nos necesitamos el uno al otro, hoy más que nunca. Yo creo en Ecuador.
Puede haber cosas urgentes. Puede haber cosas importantes y, sin duda, a todo hay que darle la categoría debida. Pero después, descubres que nada es tan importante como muchas veces creemos. Siempre hay que poner las cosas en perspectiva para darnos cuenta, pero relajarnos por lo que pasa es una manera de entender que las cosas pasan y que, al final, no son representativas.
La corrupción es un mal que es tremendamente necesario combatir. Medidas como "metástasis" podrían poner a pensar a quienes se siguen beneficiando para si del Estado y, ojalá, lograr que el chancho limpio nunca engorde.
A veces, lo más difícil es comunicar a pesar de hablar el mismo idioma. Quizás, y solo quizás, sea el momento de relajarnos un poco, aplicar otras formas, reírnos más y juzgar menos. Total, lo que importa es entendernos.
La dignidad de una vida plena está en poder tomar decisiones libremente, sin afectar a nadie en el camino. Mi camino es tener la posibilidad de una muerte digna, si me da la gana.
Lo rural y lo que el hombre siempre fue, ha quedado para los libros de historia o para las corridas de toros. Por eso, ir a los toros parece un buen pretexto. ¿Vamos?
Sin duda hay gente muy rápida y sagaz en la sierra y otros meticulosos en la costa, pero la cultura, la región, el clima, los genes, los diversos etc. que se producen, condicionan particularmente a las sociedades y las vuelve más o menos ricas. La riqueza de las diferencias.
El amor es algo anárquico, el amor es tan bueno que me resisto a creer que sea único o idealizado. Es un sinfín de colores donde el azul es solo una minúscula gama. Lo más bonito del amor es que el otro te desafíe. Nada de príncipes azucarados ni de mitades de naranjas.
El fútbol de todos los días viene con canillas moradas, quemaduras de primer grado en las piernas por la necesidad de cubrir a un oponente. No importan los raspones en las rodillas ni la integridad personal, siempre y cuando sirva para evitar un gol.
Apreciémonos como somos: rotos, destrozados, únicos, irreemplazables, en permanente cambio y transformación. Ahí está la belleza de las cicatrices. La reconstrucción de las roturas, al fin de cuentas, son amor propio transformado en costura. Esa es la vida. Solo hay que aprender a pegar los pedacitos.